Sin excusas | Baloncesto con P, de Palencia claro

Palencia Baloncesto 62 – Ford Burgos 93.

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Poco se puede decir del encuentro disputado en la noche de ayer en el Marta Dominguez, un equipo el visitante, que se sintió como en casa tanto en la cancha como en la grada en un partido en el que los jugadores del equipo colegial estuvieron presentes físicamente pero ausentes totalmente del mismo.

No es la primera vez que ocurre esta situación en los partidos entre ambos equipos, esa labor de mentalización que realiza Lezkano y el cuerpo técnico falla (y lo ajustamos solo al ámbito de los partidos frente a Burgos) cuando nos enfrentamos a los burgaleses, porque con diferentes plantillas, diferentes jugadores, diferentes caracteres de los mismos, … pasa algo parecido, o puede también que Casadevall tenga tomada la medida al juego palentino.

Lo cierto es que salvo los dos primeros minutos de partido, los típicos de tanteo entre ambos equipos, fueron los únicos en los que se estuvo igualado. A partir de ese instante un dueño y señor, Burgos, con mucha más agresividad e intensidad en todas las acciones, jugando a muerte por cada balón aunque fuera empujando, porque en ese sentido fueron más inteligentes que Palencia Baloncesto, sabiendo medir el nivel que ponían la pareja de turno y eso al final es lo que cuenta, ser más inteligentes e intensos.

Salvo un par de minutos en el comienzo del segundo cuarto, algunos instantes del final de este periodo, Palencia no pareció Palencia, y poco más se puede decir de una crónica, en la que solo se pueden dar parabienes a Casadevall, su plantilla y su afición, que pasaron por encima de todos nosotros y sin misericordia y apurando, incluso el marcador quedó corto.

Lo mejor: Hoy no se puede valorar positivamente a nadie de Palencia Baloncesto, no hubo carácter, actitud, sino miedo ante un rival excelente, sí, pero humano. Hoy lo mejor se lo dedicamos a Casadevall, por su planteamiento del partido, a la plantilla, por ejecutar sus órdenes en la cancha con gran efectividad, y a su afición, que dio una lección de animación a la parroquia palentina, tan fría y sin carácter como el equipo esta jornada.

Lo peor: Reiterando lo dicho, al equipo al completo, desde Lezkano hasta el último jugador. Ni Lezkano pudo o supo transmitir hoy y solo hoy, lo que habían preparado durante la semana, ni los jugadores pudieron o supieron llevar a cabo durante el partido lo que Lezkano había previsto; pero también a todos nosotros, los aficionados, que tampoco dimos la talla desde la grada, ni siquiera en los pocos minutos en los que el equipo tuvo opciones (primeros 10 minutos). Es fácil para todos nosotros (nos incluimos, ojo), animar cuando las cosas van bien, también hay que estar al quite cuando se da un partido de esta forma, aunque nos pillara por sorpresa.