Romá Bas ha iniciado la temporada a un gran nivel de forma y en un estado de gracia crucial para los dos buenos resultados de los palentinos en este inicio de liga. Clave en defensa y en ataque, su estado actual no es casual, hay mucho trabajo detrás.
La primera temporada de Romá Bas en Palencia ha debido ser una de las más duras para el jugador alicantino. En aquella temporada el conjunto de Lezkano se había proclamado campeón de la Copa Príncipe ante Breogán pero en la pretemporada Romá Bas tuvo la mala fortuna de lesionarse el cruzado anterior y el ligamento lateral interno lo que le obligó a pasar por el quirófano a finales de septiembre de 2014 y tirarse una temporada en blanco.
Recuerdo cuando el verano del año 2015 en una de las tertulias de la Cadena Ser comentábamos qué jugadores renovaríamos sabiendo ya que Lezkano no continuaba y Porfi Fisac iba a ser el técnico que dirigiera a los palentinos, y en una de esas tertulias yo apostaba por la continuidad de Romá al que no habíamos tenido la fortuna de ver en acción, pero al que había visto en los entrenamientos trabajar duro en su recuperación.
El actual estado de gracia de Romá Bas tiene justo después de su operación el inicio de lo que esta temporada estamos disfrutando, y no es más que mucho trabajo y sacrificio para llegar hasta aquí.
Desde el primer día que se puso a las órdenes de Dani Hernández Roda, Bas se involucró en su recuperación mucho más allá de lo que posiblemente nadie podría, de lunes a domingo, mano a mano; cada vez que ibas a un entrenamiento podías ver a Romá Bas sufriendo por un lado al ver a sus compañeros trabajar en la cancha pero firme en su trabajo a pesar que pasaría la temporada en blanco.
Le vimos en los partidos sufrir por no poder ayudar a sus compañeros, comerse las uñas en los malos momentos, disfrutar como el que más en los triunfos y principalmente de esa Copa Príncipe que se ganó ante Breogán, apoyar a sus compañeros desde el banquillo y todo eso se veía desde la grada.
No estuvo solo en ese camino, Dani Hernández, posiblemente el mejor preparador físico de la liga y seguro que el mejor recuperador de jugadores, estuvo con él desde el inicio compartiendo el trabajo, compartiendo el dolor de los ejercicios, y viendo día a día como Bas iba volviendo a ser físicamente el jugador que era.
Y llegó el verano de 2015, a pesar de las dudas de Fisac hubo más gente que confió en él, ese fue Sergio García, que había visto la profesionalidad del jugador alicantino durante todo ese periodo de tiempo en el que estuvo lesionado y su nivel de involucración.
Con Fisac no tuvo la suficiente confianza como para ir mejorando día a día pero tras la marcha de Fisac y en el primer encuentro que Sergio García actuó ya como entrenador del equipo (ante el FC Barcelona), Romá Bas fue titular y a partir de ahí empezó la recta final de recuperación del alicantino que aunque a nivel ofensivo no pudo dar todo lo que podía dar, fue clave en el apartado defensivo del equipo y por fin pudo disfrutar de un merecido premio, el ser campeón de Copa Princesa en su casa y campeón de liga, algo que seguro él casi más que nadie, saboreó como algo especial.
Pero Romá Bas ha seguido este verano trabajando y este inicio de liga promete, porque capacidad de trabajo y sacrificio lo tiene, calidad sobrada y no se sabe bien qué tiene este jugador, que allá por cancha que ha pisado se ha llevado el cariño de la gente y en Palencia, como no podía ser de otra forma, tiene el aprecio de los aficionados, por su trabajo y cercanía con todos.
Esta temporada hay Romá Bas para rato y en Palencia tendremos la suerte de disfrutarlo.
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