En un partido de los que crean aficion Palencia Baloncesto venció a todas las adversidades posibles para mentenerse invicto como local. Resulta difícil describir las sensaciones vividas ayer en el Marta Domínguez durante los últimos diez minutos del partido. Una fabulosa comunión entre jugadores y público que llevó a la plantilla de Palencia Baloncesto a una victoria basada en la fe y el esfuerzo.
Palencia Baloncesto 80 – 76 Cáceres Patrimonio de la Humanidad
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Llegaba Cáceres Patrimonio de la Humanidad al pabellón Marta Domínguez como una buena piedra de toque para calibrar la fortaleza de la pista palentina. Un partido de reencuentros por ambas partes que ya en la presentación dejó claro que quien ha defendido esta camiseta con orgullo y profesionalidad, siempre tendrá el reconocimiento de la grada (Forcada y Aranzana). Por otro lado Bouldin, quien ya fue silbado en su retorno con Girona, volvió a ver como el publico le recibía con una sonora pitada por su mala actitud en su etapa en el CD Maristas.
Por parte de Palencia Baloncesto, Adrian Moss y Jeff Xavier recibían a su ex equipo, ofreciendo su mejor versión ofensiva en el primer cuarto. Ambos eran los encargados de lograr las primeras ventajas en el marcador para Palencia Baloncesto. Por parte cacereña, Antelo era el encargado de dar replica a un Adrian Moss que día a día se confirma como unos de los jugadores más determinantes de LEB Oro.
Más aun si tenemos en cuenta que el americano de Palencia Baloncesto tenía que enfrentar a una zona extremeña que parecía un campo minado gracias a la permisividad de los árbitros. En especial el tinerfeño Francisco Javier Afonso que realizó este viernes uno de los arbitrajes mas vergonzosos que se pueden recordar en Palencia.
Para Cáceres y su jugador estrella, el gallego Jose Antelo todo era más fácil ya que la vara de medir en zona palentina era bien diferente. Así el 10-4 de salida, se fue limando gracias a la calidad de los jugadores extremeños y a los tiros libres.
Este primer cuarto fue un autentico festival ofensivo en el que destacan los 12 puntos de un vendaval llamado Moss, en un parcial que Palencia Baloncesto venció por 26-23.
Si en el primer cuarto, se comentaba con sorpresa e indignación que a Cáceres solo se le hubiese señalado una falta, el segundo cuarto siguió con la misma tónica.
Ninguna variación, gran juego ofensivo y ventajas palentinas, pero siempre los cacereños volvían a acercarse en el marcador. Moss seguía deleitando al público con dos triples consecutivos y Antelo era el encargado de mantener a su equipo en el partido. Y Cáceres con una sola falta en su casillero a pocos segundos del descanso.
Ahí los dos árbitros volvieron a lucirse ya que se comieron una clara antideportiva a 5 segundos del final y la posterior acción sobre Swanston pudo ser acción de tres tiros libres. Obviamente los señores Afonso Castillo y López Córdoba ignoraron ambas acciones. Al descanso 45-43 para los morados.
El descanso sentó mal a los jugadores de Lezkano, saltaron fríos a la pista y Cáceres comenzó a jugar con comodidad, con un Carlos Cherry que marcaba el ritmo de juego y también con los mejores minutos de Zengotitabengoa. La precipitación se apoderó de los jugadores locales con intento desesperado e improductivo de acortar distancias desde la línea de 6,75. El killer Xavier no lograba ajustar su punto de mira y solo Moss y algún detalle de Swanston hacían daño al equipo de Aranzana.
Cáceres llegaba a su máxima ventaja 14 puntos y el equipo estaba perdido en pista por errores propios y por el distinto criterio de la pareja arbitral.
A pesar de la importante desventaja, el ambiente en la grada estaba muy caldeado. El enfado con los árbitros ya rozaba el escándalo y la salida en tromba, llena de orgullo de los jugadores de Lezkano bastó para convertir el ambiente en un infierno para los jugadores extremeños. Los jugadores decidieron ir a por todas, cada acción positiva (robo, triple o mate) e incluso los perjuicios arbitrales aumentaban los decibelios y la presión de la grada, lo que atenazó completamente a los foráneos.
Natxo Lezkano estuvo brillante con los cambios cuando retiró a O´Leary, desanimado por sus fallos y a Xavier, para poner en pista a Diouf y Bravo. En esos momentos la afición llevó en volandas al equipo.
Swanston se reivindicó en el que podría haber sido su último partido en Palencia con un gran triple y varias acciones defensivas de mérito. Diouf hizo valer su capacidad de intimidación y Carles Bravo con sus triples junto a un impresionante Moss, voltearon el marcador para lograr una épica victoria, por la que nadie apostaría tan solo 10 minutos antes.
Una reacción que Aranzana no supo frenar y que le pasara factura ya que aun responsabilizando a los árbitros (resulta irónico) y a algún jugador (Sanguino), la afición cacereña le señala a él como principal culpable.
Palencia Baloncesto logró un parcial de 26-8 en el último cuarto, para una victoria que demuestra todas las virtudes de un equipo que disfrutará una semana más, viéndose en la zona alta de la clasificación.
Lo mejor: Destacaremos que anotaron todos los jugadores que Lezkano puso en pista. Pero lo mejor fue el recital de pundonor de los jugadores y el ambiente que se formá en la grada.
Lo peor: Sin duda el recital de los señores árbitros, rozando lo esperpéntico. Aunque al final creo que fueron un factor importante en la victoria local ya que provocaron tal indignación en aficionados y jugadores que el equipo salió a por todas.
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