7 septiembre, 2024

Baloncesto con P, de Palencia claro

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La derrota en Burgos, ahí comenzó todo para ser campeón de la Final a 4

Aquella derrota en Burgos hace dos meses ha sido la inspiración para que en esta final a 4, a pesar de la superioridad burgalesa en cuanto a aficionados, jugase como si fuese local además de estar apoyado desde el sábado por una afición entregada.

El 15 de Abril Zunder Palencia visitaba el Coliseum y caía derrotado por un contundente 89 a 65 ante un Hereda San Pablo Burgos que dominó de cabo a rabo el encuentro y que dejó unas malas sensaciones a un Palencia que veía como el puesto de ascenso directo se le alejaba aunque intentaría seguir en la lucha en las jornadas posteriores.

En aquel encuentro se vio a un Burgos intenso, en defensa, en ataque, en la grada con esa gran afición que tiene, y a la gente de Palencia, a los aficionados, les dio la sensación que en una hipotética Final a 4, Burgos, con ese ambiente y esa presión, podrían salir vencedores.

El sábado, tras el partido de semifinales entre Burgos y Gipuzkoa, las sensaciones fueron parecidas; se vio a un equipo que dio la vuelta al marcador, a base de garra, agresividad y un ambiente infernal propiciado por la grada burgalesa que fue clave con su empuje en dicha remontada.

Los aficionados palentinos comentaban a la salida que precisamente ese era el ambiente que temían, que Burgos saliera en tromba como en liga regular ante Palencia o que remontara como en semifinales ante Gipuzkoa, con esa presión ambiental tan brutal que se genera o con un Burgos muy enchufado.

Pero si algo hemos aprendido todos es a valorar la inteligencia táctica y emocional de Pedro Rivero, que debe tener algo mágico en sus palabras para cambiar la mentalidad de toda una plantilla tras el descanso o como se vio el domingo, para que fueran ellos el equipo local como así figuraba en el marcador oficial.

Y sí, en el partido de liga regular, en la derrota, en la dura derrota, Zunder Palencia aprendió como había que jugar esta final, o mejor dicho, como no había que jugarla porque el que salió a morder, a dominar, a no dejarse intimidar fue ese Palencia de Pedro Rivero y de todo su cuerpo técnico, jugó a que el Coliseum fuera el Municipal de Palencia. 

Sólido desde el inicio, agresivo en defensa, con transiciones rapidísimas, leyendo muy bien el partido porque sabían que además Burgos había tenido un desgaste físico brutal el día anterior, pero también mental. Y aprovechando nuestras mejores armas, la defensa, en un día inspirado en el tiro, con mentalidad de campeón, los de Pedro Rivero derribaron sus propias barreras mentales para llevar el control, e incluso en los pocos momentos de agobio, sacar adelante el partido como un CAMPEÓN.

Y sí, este ascenso a la ACB se inició con una derrota en Burgos, pero ha acabado en el cielo de la ACB, en el sueño de una pequeña ciudad que este año sí, joder, va a ser ACB.