Covirán Granada 93 – EasyCharger Palencia 57
Quién más, quién menos, tenía la idea en su cabeza que la visita de EasyCharger Palencia a Granada tenía muchas papeletas de ser una derrota, por muchas razones, por el esfuerzo realizado en el último mes y medio, por la entidad del rival que es seguramente la mejor plantilla, o la más completa de la liga, por el ambiente que hay en Granada, que como se vio ayer cada vez genera más ilusión en su ciudad, pero nadie podía imaginarse un desenlace como el de ayer, perfecto para los nazarís, un desastre total para los palentinos.
Y es que se vio dos partidos diferentes, una primera parte donde los de Pedro Rivero lo intentaban todo para que los locales no se despegaran con su extraordinario acierto desde la línea de tres (7 de 16 al descanso), y una segunda parte donde el cansancio físico y mental se unió para decir adiós al partido.
Y es que la carta de presentación de Granada al inicio de partido fue un auténtica declaración de intenciones ya que los locales inauguraban el marcador con un triple de Lluis Costa, y a partir de ahí un parcial de 10 a 2 que iniciaba la agonía palentina.
El conjunto de Pablo Pin dominaba el ritmo del encuentro y lograban sin apenas esfuerzo una diferencia de 11 puntos que solamente en la recta final del cuarto se recortaba hasta los 8 puntos de diferencia gracias a Barro.
El segundo cuarto fue un ejercicio de impotencia para los palentinos, que lograban mantenerse en el encuentro con mucho esfuerzo pero no lograba rebajar la diferencia de los 10 puntos a pesar de la aportación de Ali (7 puntos en este cuarto) y la puntilla final llegaba desde la línea de tres con los triples de Jacobo Díaz y Bropleh, con lo que se llegaba al descanso con 16 de diferencia.
Tras el descanso Palencia se derrumbó, esos dos triples finales antes del descanso fueron la desconexión final, y durante los primeros 5 minutos del cuarto Granada ponía la puntilla, con los palentinos ya definitivamente desmoralizados y que solamente anotaban algún punto desde el tiros libre, fallando también desde el 4’60.
Y hasta el final nada más, monólogo de Granada y a pensar en Coruña este próximo miércoles.
Seguro que solo haya sido una accidente, pero estos sustos generan disgustos entre los aficionados y el miércoles en esta especie de NBA de la LEB Oro, tienen la oportunidad de cambiar la imagen ante un Granada que camina firme hacia la ACB.
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