Coviran Granada inflige una dura derrota a un Zunder Palencia con poco carácter (83-91)

Aunque el descenso no sea aún matemático, la plantilla de Zunder Palencia no puede dar peores sensaciones. Anoche se jugaba mantener la ilusión de la salvación ante un rival de la zona baja de la Liga Endesa, pero la actitud de ambos equipos fue muy dispar. Covirán Granada decidió salir a morder en cada jugada, presionado fuerte la salida de balón con Kramer sobre Van der Wuurts y aportando mucha energía en cada contacto defensivo. Nada que ver la actitud de los jugadores morados durante el primer tiempo. Ofensivamente Granada comenzó cargando el juego con Cheatham que imponía su ventaja física ante el esfuerzo de Kamba y aprovechar los tiros liberados desde 6,75 tal y como hizo Scott Bamforth en el primer balón que toco como jugador nazarí (11-18). La diferencia de intensidad se notó en detalles como el tardar más de 8 segundos en cruzar media pista, posteriormente consumir una posesión de 24 segundos y como remate permitir un triple sobre la bocina cuando el equipo morado estaba con tan solo 3 faltas de equipo en el final de primer cuarto (14-21).
No dejaba buenas sensaciones Zunder Palencia que iba siempre a remolque y no daba la impresión en ningún momento de poder dar un giro a los acontecimientos.

Las cosas seguían saliendo mal en el inicio de segundo cuarto pues una falta de Kamba sobre Valtonen suponían 3 libres para el finés que subía a 10 la ventaja visitante (17-27). Se atisbo un inicio de reacción cuando una falta sobre triple a Van der Vuurts suponían 3 libres para el neerlandés y uno adicional por técnica a Pin (24-29) y Pasecniks ponía el 26-29. Fue un espejismo porque en breve la diferencia se amplió a 9 puntos (30-39) y de remate se vivió un enfrentamiento verbal entre Matt Haarms y Luis Guil que no parece la mejor circunstancia para lograr remar juntos en un objetivo común. En medio del caos, un triple de LLuis Coste ponía 15 puntos de diferencia (32-47) y dos libres de Benite permitieron llegar al descanso con una desventaja asumible (34-47) a pesar del buen porcentaje en triples de los granadinos.

El segundo tiempo comenzó con una mayor intensidad local, tal y como se preveía tras la presumible broca del entrenador. UN triple de Hands, seguido de una canasta de Pasecniks precia meter de lleno a Zunder Palencia en el partido (39-47). Fue un quiero y no puedo porque Covirán Granada siempre supo mantener una distancia prudencial aprovechando los triples liberados que concedía el cuadro morado, y cuando no eran los de Pablo Pin eran “los de naranja” que tiraron de repertorio de antideportivas para mayor enfado de la grada y plantilla palentinas.

El resultado final (83-91) es justo reconocimiento al esfuerzo y juego de ambas plantillas aunque también la gestión de la plantilla genera dudas con los “cero” minutos de Manu Rodríguez, la presencia de Ndiye en acta para no poder jugar o la ausencia de Chema Gonzales si Ousmane no estaba en condiciones. Quizá si los que hay en pista no dan lo que se espera, haya que probar otras opciones… sea como sea, una nueva derrota y tristeza para el aficionado palentino que volverá la próxima semana con la esperanza de que algo cambie.