Bastaron 10 minutos

Un partido duro, tosco y sin fluidez, podría generar nerviosismo en el cuadro local y así los gallegos “pescar en río revuelto”.
Pero la puesta en escena de Quesos Cerrato fue impresionante, con una defensa intensa (tal y como se reclamaba) y con muchísima concentración sacaba del partido al rival.
Los visitantes tardaban 6 minutos y 30 segundos en anotar su primera canasta, aunque la ventaja era menor de lo que merecía el juego palentino.
En estos minutos, el líder de Quesos Cerrato era Otegi, que anotaba, reboteaba, asistía y taponaba dominando el juego en ambos lados de la pista.

En el segundo cuarto Breogán seguía fuera del partido a pesar de combinar defensas individuales con zonales para buscar sus opciones de remontada. En este periodo la buena preparación táctica del partido permite a Quesos Cerrato mantener las distancias en el marcador. Destacando entre otras acciones la cantidad de “puertas atrás” ejecutadas con éxito por el equipo mirado, en especial por parte de Quinn McDowell.

Lo peor del partido se vivió en el tercer cuarto. Lo jugadores de Breogán tras un descanso en el que permanecieron en los vestuarios más tiempo del habitual salieron dispuestos a cambiar el ritmo del partido. Comenzaron dando un paso adelante en su defensa, más agresiva para forzar los errores morados. Y estos llegaron provocando unos minutos de desconcierto, solucionados gracias a la calidad y serenidad de Urko Otegi.
El capitán en esos momentos también tuvo que “recriminar” a un grupo de ¿aficionados? que aprovechaban ese desconcierto (con casi 20 puntos de ventaja) para increpar. Curiosa forma la de algunos de “animar” a su equipo.

Mientras tanto en la pista Dani Lopez y Alex Llorca intentaban calentar el partido en un intento desesperado de descentrar a Quesos Cerrato. Las provocaciones de Llorca acabaron cuando sabiamente Lisardo Gómez decidió sentarlo para que bajase sus revoluciones… ahí acabó el partido.
El resto fueron minutos de relleno hasta el pitido final.

Análisis individual: Se acabaron los calificativos para Urko Otegi.

Urko Otegi: Sin ninguna duda fue el mejor jugador de Quesos Cerrato, marcando claramente el camino a seguir por sus compañeros en los primeros diez minutos.
Ejerció de líder y de capitán tanto dentro como “fuera” de la pista y sus números posiblemente le vuelvan a situar en el quinteto ideal de la jornada.

Quinn McDowell: Al parecer la tradicional cena de “Acción de gracias” tan importante en la cultura americana, le vino bien para recuperar sensaciones. Fue uno de los más destacados anotadores de Quesos Cerrato.

Roger Fornas: Con el paso de los partidos ha ido recuperando sensaciones hasta volver a convertirse en un referente para el juego palentino. Sus 9 puntos y 7 rebotes en solo 12 minutos de juego, son unos números muy interesantes.

Tomas Hampl: Mucho mérito el del jugador checo que jugó infiltrado y complicó mucho el juego a los interiores lucenses.

Xavi Forcada: Dio más ritmo al juego palentino, ya que en algunos momentos se había atascado.

Jon Cortaberria: Quizás su partido más completo pues colaboró en ambas zonas del campo. En ataque no estuvo tan letal como en otros partidos.

Rafa Huertas: De menos a más. Comenzó dando mucha solidez al juego palentino, especialmente en defensa donde durante los primeros minutos “secó” a Llorca. A la hora de anotar estuvo más desacertado.

Oliver Arteaga: Centro de los insultos de la afición lucense desplazada a Palencia, estuvo desacertado. Sufrió una dura, muy dura defensa pero es algo que se va a encontrar en todos los partidos. Aun así, su intensidad mejoró en relación a partidos pasados.

Dani Rodríguez: No logró imponer el ritmo de juego en el partido.

Guillermo Justo: Tan descarado como siempre, aprovechó el poco tiempo para anotar un triple.

Seydou Abubacar: Solo disputó 24 segundos.

Rueda de prensa de Lisardo Gómez

Rueda de prensa de Natxo Lezkano

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