13 octubre, 2024

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Actitudes poco honorables y deportivas

Carlos Frade en su etapa en Cáceres

Carlos Frade en su etapa en Cáceres

El pasado domingo tras acabar el partido entre Planasa Navarra y Quesos Cerrato Palencia, Sergio García negaba el saludo al técnico del conjunto navarro por la actitud poco deportiva del técnico Carlos Frade hacia los jugadores del equipo palentino y que casi hace llegar a las manos a ambos técnicos.

El domingo por la mañana Planasa Navarra vencía con todo merecimiento al Quesos Cerrato Palencia en un partido en el que los navarros se jugaban el ser o no ser en LEB Oro pero que además, tras el pitido final, estuvo envuelto en polémica por un conato de pelea entre los técnicos de ambos conjuntos, Carlos Frade y Sergio García, y como consecuencia del comportamiento poco ético del técnico del conjunto navarro durante el encuentro al que Sergio García negaba el saludo al finalizar el choque por ese comportamiento.

Desde el inicio de partido Carlos Frade estuvo increpando o reprochando a los jugadores colegiales cuando el consideraba que habían fingido una falta (para el provocando) o cuando se dirigían a los colegiados reclamando cualquier acción, una actitud hacia los jugadores colegiales cuando menos poco deportiva y honorable por su parte aunque consideraba en rueda de prensa que lo hace por defender a su equipo o como decía en plan Braveheart «no podemos permitir que vengan aquí y nos chuleen en casa«.

Para Frade, adaliz al parecer de la búsqueda de la deportividad, dice en la rueda de prensa que «lo único que he hecho desde el primer momento ha sido intentar compesar la influencia de las vacas sagradas de la liga sobre los árbitros en todos los partidos en los que juegan» aunque lo hizo como un «aficionado radical» en vez de cómo un entrenador profesional como dejan entrever sus palabras en esa rueda de prensa «cada uno juega sus armas para meter o sacar del partido a quién sea«, una actuación que destila premeditación ya que lo hace desde un «primer momento» y sin ningún arrepentimiento «no he hecho nada anti-reglamentario, ni nada que no hagan ellos, otros equipos y otros entrenadores de toda la historia de este deporte«, intentando meter en el mismo saco a todo el mundo. Al menos la falta de deportividad de Frade, un recién llegado a Pamplona como quién dice, no es extensible a ningún otro estamento de Planasa Navarra, ni directiva ni jugadores ni afición.

Lo irónico del caso es que Carlos Frade es también una «vaca sagrada» de la liga (entrenador experimentado), y ha intentado usar esa influencia sobre los árbitros, que reprocha en los demás, faltando al respeto no solo a jugadores palentinos sino a un entrenador que como Sergio García, este año es su primera experiencia como técnico titular.

Su actitud ya le costó la semana anterior su expulsión en Cáceres y en Lleida tuvo también algún problema, pero también en otros enfrentamientos ante los palentinos en otras temporadas al técnico madrileño le señalaron técnica (como en su etapa en UB La Palma) por situaciones similares, en definitiva algo tiene que ver su carácter.

Por desgracia la actitud poco deportiva de Carlos Frade este año tuvo un antecedente en Alfred Julbe (FC Barcelona Lassa) en el partido de ida, con la misma imagen poco deportiva del entrenador madrileño y son situaciones que se deben cortar de raiz, y los únicos que pueden hacerlo son los colegiados que en su mano tienen un reglamento que pueden aplicar, tanto a jugadores, como técnicos. Seguro que los colegiados escucharon perfectamente al técnico de Navarra ya que no se lo dijo al oído de los jugadores colegiales sino que lo oyeron todos.

El artículo 36.3.2 de las reglas oficiales de juego da a los colegiados un instrumento que es la falta técnica, que dice que se sancionará con falta técnica del personal de banquillo «por dirigirse o tocar irrespetuosamente a los árbitros, comisario, oficiales de mesa o adversarios, o una infracción de carácter procedimental o administrativo«, un artículo del reglamento que no necesita aclaración ninguna.

Más allá de este comportamiento poco deportivo en particular, se ha de prevenir que técnicos (o jugadores) puedan usar estos métodos para desestabilizar a los jugadores rivales (o entrenadores rivales) que se alejan del espíritu de deportividad que debe imperar en la cancha, que esta situación en general no se vuelva a repetir y que no se convierta en algo habitual, es algo que está en manos de todos los estamentos deportivos y si alguien debe ser castigado, que lo sea.

Si este tipo de comportamientos poco edificantes se copian en categorías de formación, que ya comienza a ocurrir o ha ocurrido en alguna ocasión, este deporte que siempre ha tenido como bandera la deportividad perderá su esencia completamente y cualquier respeto.